Soy una caja de música. Me fabricaron en China, pero en algún momento me embalaron con muchas otras de mi clase y me exportaron. De eso hace casi 50 años. Tras un largo viaje, aterrizamos en Geisweid, en Alemania. Así que nos habían importado. Y pensé para mí: mientras no solo me exporten, sino que también me importen, todo va bien.
El hombre que nos había importado se llamaba Ihsan, provenía de Turquía y regentaba una tienda de comestibles junto con su mujer, Sevim. Cuando nos enteramos, alguna de nosotras pensó que la gente de Geisweid comía cajas de música... Pero no, Ihsan quería ampliar su tienda con artículos como nosotras, sobre todo para los clientes que querían llevarnos a Turquía. Al principio me daba risa pensar que la gente nos transportaba constantemente por medio mundo, y temía que aquello no parara nunca. Pero resultó que estábamos destinadas a ser regalos, y eso era algo muy especial: a las cosas nos gusta mucho ser regalos. Así que todo acabó muy bien para nosotras.
Sin embargo, yo no me convertí en un regalo, sino en un artículo de exposición, no sólo aquí en el museo, sino también en una vitrina de la tienda de Ihsan, que entretanto ha crecido increíblemente y se llama ELIH Import Export. Cuando pienso en cómo fui embalada en China por puro azar entonces... Nunca habría imaginado que un día sería expuesta para conmemorar los comienzos de una gran empresa.
Soy un letrero de empresa., ¿O tal vez fui un letrero de empresa? En cualquier caso, trabajé como letrero de empresa a finales del siglo XIX, una época en la que no había coches y la gente se desplazaba mucho más a pie, y llevaba sombrero mucho más a menudo que hoy.
Eso me vino muy bien, porque mi trabajo es indicar a la gente dónde está la sombrerería. Así que siempre tenía algo que hacer, y una gran responsabilidad. Además de mi sombrerería, había otras cinco en Siegen. Se vendían sombreros a mansalva.
Así fueron las cosas durante bastante tiempo, hasta los años sesenta. Pero cuando tú te incorporaste al inventario de Ihsan en los años 70, la gran época de los sombreros estaba decayendo, de modo que finalmente yo ya no tenía nada más que hacer.
Qué diferentes son las situaciones en las que la gente abre sus propias tiendas, ¿verdad? Quiero decir que, por un lado, has vivido muchas experiencias igual que yo, como por ejemplo esa tensión cuando los clientes vienen y miran y puede que incluso compren. Por otro lado, había cosas que eran diferentes para vosotras, sobre todo porque Ihsan era inmigrante. Las oportunidades para los inmigrantes solían ser limitadas en ambos sentidos, ya fuera como asalariados o como autónomos.
¿Te has planteado alguna vez crear tu propia empresa? ¿O ya lo has hecho?