Un chaleco salvavidas
Representación y memoria

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  Habla el chaleco salvavidas

  Soy un chaleco salvavidas. En realidad, sólo doy flotabilidad a la gente en el agua, pero así es exactamente como puedo «salvarla», dependiendo de la situación.

  Hay diferentes tallas de mi tipo: la mía es para niños pequeños. Sin embargo, solo una vez me ha llevado puesto un niño, no más de media hora, pero para mí, como comprenderán, ha sido la media hora más importante de mi vida.

  Nos embarcamos en un bote bastante pequeño, que se llenó hasta los topes, y cruzamos el río Mariza, o Meriç, como lo llaman en la parte turca, hasta desembarcar en la parte griega, donde se llama Evros. Pero se llame como se llame, es un río peligroso. Muchos se han ahogado en él.

  En cambio, nuestra peripecia terminó bien, y el niño y su madre pronto se reunieron con el padre. Pensé que no tardarían en desprenderse de mí, pero el caso es que aún sigo con ellos. Creo que es porque les recuerdo lo que sucedió: el miedo que pasaron, pero también la felicidad de haber conseguido escapar y estar ahora «a las puertas de una vida nueva y esperanzadora», como dijo mi dueña al entregarme al museo.

  Zusatzinfos

  Debido a la persecución política, la propietaria de este chaleco salvavidas huyó de Turquía a Alemania a través del río fronterizo turco-griego Meriç o Evros en 2016, junto con su hijo. El cruce de este río es una ruta alternativa al Mediterráneo. Su marido ya había abandonado anteriormente el país. Consiguieron reunirse los tres el día de la reunificación alemana.

  Lo que le dice el cuadro «Veleros en mar tormentoso» de Andreas Achenbach al chaleco salvavidas

  Soy un óleo de Andreas Achenbach y represento esta peligrosa situación en alta mar desde 1894. La represento sin ser yo mismo peligroso. Puedo hacerlo porque soy un cuadro, una obra de arte que a mucha gente puede parecerle emocionante o incluso hermosa, con todo ese movimiento, las olas, la enorme fuerza que se ve ahí...

  A menudo he pensado en los pescadores desconocidos del barco azotado por la tormenta. Desde luego, ellos no parecen estar pensando en el arte. Están a merced de los elementos, están viviendo algo peligroso. Porque están en juego nada menos que sus vidas.

  Pero ahora, querido chaleco salvavidas, con tu historia en mente, me doy cuenta una vez más de que los pescadores que muestro son sólo figuras pintadas y no personas. Y me pregunto: ¿qué efecto tengo en las personas reales, en las personas vivas que de hecho han sobrevivido a tales peligros? ¿Dolor? ¿O acaso les recuerdo la suerte que han tenido?

  ¿Qué dirías tú? ¿Puedes representarte en la imaginación semejante peligro?
  ¿O qué recuerdo asocias con las costas, las aguas en movimiento y el mar?
  ¿Qué efecto tengo en ti cuando me miras?